Millones de instantáneas de momentos públicos y privados de los papas que corren el peligro de estropearse. Fotografías con gran significado, como esta de Pío XII ante los destrozos tras el bombardeo al barrio romano de San Lorenzo en 1943.
O esta, cuando Juan Pablo II se encontró con Alí Agca, el terrorista turco que atentó contra él en 1981.
P. Guiseppe Colombara
Director, Servicio Fotográfico de L'Osservatore Romano
“Hace algunos años, conforme se veían los daños que habían sufrido las fotos, se constató la necesidad de salvar las dificultades y conservar estas imágenes. El problema era la financiación del proyecto”.
Ahora el dinero no es un problema gracias a la colaboración de dos patrocinadores que pondrán 2 millones de euros.
El proceso durará unos cinco años ya que además de la digitalización de las fotografías, incluye la renovación de algunas de las salas para crear un microclima que proteja las fotografías en papel de sus principales enemigos la luz, las bacterias y el paso del tiempo.
P. Guiseppe Colombara Director, Servicio Fotográfico de L'Osservatore Romano
“La luz directa también es uno de los agentes que más daña las fotografías aunque la película se haya revelado ya, porque el negativo es un soporte muy sensible. Lo mismo que la gelatina que recubre la película. Cuando varían algunos de estos componentes atmosféricos, además de las bacterias y los ácidos del contacto con las manos, hace más difícil este proceso de cuidado”.
La tecnología más puntera al cuidado del patrimonio fotográfico de la Historia de la Iglesia, de la humanidad y del Vaticano.
romereports.com
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