jueves, 16 de diciembre de 2010

Celebración de la Natividad de Nuestro Señor Jesús



Te invitamos a la Celebración de la Natividad de Nuestro Señor Jesús.

“…«siendo rico, por vosotros se hizo pobre» (2 Corintios 8, 9). Su pobreza enriquece a quien la abraza y la Navidad trae alegría y paz a quienes, como los pastores, acogen en Belén las palabras del ángel: «esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lucas 2, 12). Sigue siendo el signo también para nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI. No hay otra Navidad.”
Benedicto XVI

Sábado 18 de Diciembre en punto de las 7:30 pm.

Centro Medalla Milagrosa (de la Parroquia de San Pío X)

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“La luz del mundo” de Benedicto XVI en PDF y PDB


Comentarios sobre los derechos de autor:
  1. Pongo el libro para que lo puedas ojear -es una versión de poca calidad que me han mandado-, y luego te animes a comprarlo.
  2. ¿Vas a dejar de comprarlo porque lo descargues? Pienso que, por el contrario, así tu y más gente lo conoce y hay más compras para la editorial.
  3. De todos modos, si me escriben de la editorial, lo retiro inmediatamente de esta web. No quiero problemas con ellos, ni gano dinero al poner el libro para descargar.

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Denuncian política de exterminio de bebés con malformaciones en España

La plataforma Derecho a Vivir (DAV) de Andalucía, denunció que el aumento de los abortos eugenésicos revela que se está desarrollando en el país una política de exterminio de las personas que podrían nacer con alguna discapacidad.



DAV se refirió al informe que el Ministerio de Sanidad emitió el 14 de diciembre pasado sobre los 111 mil abortos practicados en el año 2009. El informe sostiene que el 2,98 por ciento de estas prácticas se realizaron por "riesgo fetal". En el 2008 el porcentaje fue de 2,86 y en 2007 fue 2,91 por ciento.
"La tasa de malformaciones que se presentan en la especie humana de forma natural oscila precisamente entre ese 2-3%, lo cual indica que se está desarrollando una política de exterminio, mediante el aborto, de todas las personas que deberían nacer con alguna discapacidad que podría ser calificada como genocidio", señaló DAV en comunicado difundido este miércoles.
El comunicado indicó que "este aumento progresivo es debido a la implementación de los programas de selección o cribado prenatal de utilidad abortista que se están consolidando en todo el país".
"Estas políticas de selección prenatal y de sometimiento de los seres humanos a unas particulares condiciones de existencia en las que son objeto de técnicas que ponen riesgo su vida serían contrarias a la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea entres otras normas y leyes", advirtió.
Por otro lado, DAV Andalucía señaló que esta comunidad encabeza la lista de abortos eugenésicos en España, superando "a las comunidades más pobladas, catalana y madrileña, con 613 casos. La tasa de abortos eugenésico en Cataluña y Madrid es del 2,38% y del 2,01% respectivamente frente a un 2,98 en Andalucía".


aciprensa.com

Benedicto XVI muestra su apoyo a los cristianos perseguidos en el mundo

Pide que en Occidente “cesen la hostilidad y los prejuicios contra los cristianos”

El Papa Benedicto XVI dedica dos puntos enteros de su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz a hablar sobre la situación de los cristianos perseguidos en el mundo, especialmente en Asia y África.



En este Mensaje, que será proclamado solemnemente el próximo 1 de enero de 2011, el Papa sienta las bases para una sistematización de sus enseñanzas sobre la “laicidad positiva”, un concepto muy importante en este pontificado, y que ha sido clave en sus viajes a Estados Unidos, Francia e Inglaterra, entre otras intervenciones.
Pero también es un documento de denuncia, especialmente sobre la situación de los cristianos en zonas de Asia y África, así como de la “hostilidad encubierta” en las sociedades occidentales.
Así, el Mensaje comienza, en su primer punto, con un recuerdo especial hacia los cristianos de Iraq, “los recientes sufrimientos de la comunidad cristiana”.
De modo especial, el Papa condena “el vil ataque contra la catedral sirio-católica Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de Bagdad, en la que el 31 de octubre pasado fueron asesinados dos sacerdotes y más de cincuenta fieles, mientras estaban reunidos para la celebración de la Santa Misa”.
“En los días siguientes se han sucedido otros ataques, también a casas privadas, provocando miedo en la comunidad cristiana y el deseo en muchos de sus miembros de emigrar para encontrar mejores condiciones de vida”, denuncia.
También manifiesta su cercanía y la de la Iglesia a los cristianos iraquíes, y agradece las acciones de los Gobiernos “que se esfuerzan por aliviar los sufrimientos de estos hermanos”, mientras pide a todos los católicos “rezar por sus hermanos en la fe, que sufren violencias e intolerancias, y a ser solidarios con ellos”.
Situación “inaceptable”
El Papa constata “con dolor” que “en algunas regiones del mundo la profesión y expresión de la propia religión comporta un riesgo para la vida y la libertad personal”.
“Particularmente en Asia y África, las víctimas son principalmente miembros de las minorías religiosas, a los que se les impide profesar libremente o cambiar la propia religión a través de la intimidación y la violación de los derechos, de las libertades fundamentales y de los bienes esenciales, llegando incluso a la privación de la libertad personal o de la misma vida”.
En otras regiones, sin embargo, “se dan formas más silenciosas y sofisticadas de prejuicio y de oposición hacia los creyentes y los símbolos religiosos”.
“Son formas que fomentan a menudo el odio y el prejuicio, y no coinciden con una visión serena y equilibrada del pluralismo y la laicidad de las instituciones, además del riesgo para las nuevas generaciones de perder el contacto con el precioso patrimonio espiritual de sus países”.
Los cristianos, añade, “son actualmente el grupo religioso que sufre el mayor número de persecuciones a causa de su fe. Muchos sufren cada día ofensas y viven frecuentemente con miedo por su búsqueda de la verdad, su fe en Jesucristo y por su sincero llamamiento a que se reconozca la libertad religiosa”.
“Todo esto no se puede aceptar, porque constituye una ofensa a Dios y a la dignidad humana; además es una amenaza a la seguridad y a la paz, e impide la realización de un auténtico desarrollo humano integral”, denuncia.
“Negar o limitar de manera arbitraria” la libertad religiosa, así como “oscurecer el papel público de la religión”, supone “generar una sociedad injusta, que no se ajusta a la verdadera naturaleza de la persona humana”.
Llamada al perdón
El Papa concluye su mensaje dirigiéndose a las comunidades cristianas que sufren “persecuciones, discriminaciones, actos de violencia e intolerancia, en particular en Asia, en África, en Oriente Medio y especialmente en Tierra Santa”.
Mientras pide “a todos los responsables que actúen prontamente para poner fin a todo atropello contra los cristianos que viven en esas regiones, insta también a los fieles a que “no se desanimen ante las adversidades actuales, porque el testimonio del Evangelio es y será siempre un signo de contradicción”.
Por ello les recuerda el “compromiso de indulgencia y de perdón que hemos adquirido, y que invocamos en el Padrenuestro”.
“La violencia no se vence con la violencia. Que nuestro grito de dolor vaya siempre acompañado por la fe, la esperanza y el testimonio del amor de Dios”, les invita.
Por último expresa su deseo de que “en Occidente, especialmente en Europa, cesen la hostilidad y los prejuicios contra los cristianos, por el simple hecho de que intentan orientar su vida en coherencia con los valores y principios contenidos en el Evangelio”.
“Que Europa sepa más bien reconciliarse con sus propias raíces cristianas, que son fundamentales para comprender el papel que ha tenido, que tiene y que quiere tener en la historia; de esta manera, sabrá experimentar la justicia, la concordia y la paz, cultivando un sincero diálogo con todos los pueblos”, concluye.


zenit.org

El Papa invita a los jóvenes a una alegría ligada a la confianza en Dios

Mensajes de líderes mundiales a los participantes del encuentro de Taizé en Rotterdam

 Benedicto XVI deseó que Dios conduzca a las fuentes de la alegría a los participantes en el 33º encuentro europeo de jóvenes que se celebra del 28 de diciembre al 1 de enero en Rotterdam por iniciativa de la comunidad de Taizé.

En un mensaje invitó a esos jóvenes a descubrir “esta alegría que no os aleja de una solidaridad con los sufrimientos de la humanidad, sino que está profundamente ligada a la confianza en Dios”.
“Viviendo de esta confianza, acogiéndola, permitís esta renovación radical del ser humano que Cristo vino a traer”, explicó.
“Así seréis animados por el valor de ir contra corriente, cuando esto sea necesario -continuó-. Resistiendo al espejismo del individualismo, os convertiréis cada vez más en hombres y mujeres de comunión, en la entrega de vosotros mismos por los demás”.
Y deseó que, una vez terminado el encuentro, al volver a sus países, “el Espíritu Santo os colme de una compasión sin límites, os comunique imaginación y valentía para descubrir de qué forma transformar vuestras comunidades locales en lugares de bondad del corazón y de confianza”.
“La paz que él os concede resplandecerá así para los demás y para el mundo”, añadió, antes de convocarles a la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid el próximo mes de agosto.
Otros líderes religiosos y políticos de todo el mundo enviaron también mensajes a los jóvenes que participarán en el encuentro ecuménico.
Bartolomé I
El patriarca Bartolomé de Constantinopla se refirió a Rotterdam como a una “encrucijada de culturas y religiones” y destacó la riqueza de la diversidad de este encuentro de jóvenes.
El patriarca ortodoxo habló de la alegría, tema sobre el que reflexionan los jóvenes, y se refirió a ella como a “la expresión más concreta de la resurrección”.
Esa alegría, dijo, “debe leerse en vuestras caras, extenderse más allá de la Iglesia e inspirar todos los actos de la vida de cada día”.Tomando el contenido de la carta anual de Taizé, subrayó que una manera de comunicar al mundo la alegría es la compasión.
Ésta, indicó, “no sólo une realidades que son muy diferentes, incluso contradictorias, sino que hace de la vida de nuestro prójimo un elemento constitutivo de nuestras propias vidas”.
“El sufrimiento, la enfermedad y la pobreza, cuando se comparten, sacan a sus víctimas del aislamiento”, advirtió.
“Igualmente, no puede haber compasión sin perdón”, ya que “cualquier relación requiere la habilidad de reconocer al otro como es y no como me gustaría que fuera, en un espíritu de libertad”, destacó
Y añadió: “El perdón, como acto ofrecido y aceptado, es un requisito para establecer una paz duradera”.
El patriarca Bartolomé invitó a los jóvenes a promover en la sociedad los principios de la justicia y el amor.
En su mensaje, también indicó que “la controversia que surgió alrededor de las viñetas del profeta del islam debe dirigir a un diálogo responsable, la única manera de encontrar una solución pacífica entre el respeto a los símbolos sagrados para algunos y la libertad de expresión para otros”.
Rowan Williams
El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams también articuló en torno a la alegría y a la compasión su mensaje dirigido a los jóvenes participantes en este encuentro.
“Cuando nos es dado como una parte en la vida de Dios -y eso es lo que nos llega en la vida del Cuerpo de Cristo- nos ponemos fuertemente en contacto con la alegría más profunda”, afirmó.
Una alegría, prosiguió, que “no sólo es sentir bienestar o sentirse bien, sino tener una profunda conciencia de estar en la línea de lo que es real y verdadero”.
Haciéndose eco de lo que el Hermano Alois indica en la Carta de Chile, el prelado anglicano destacó que “la alegría y la compasión van de la mano”.
“Nosotros somos liberados para compartir el dolor de nuestro prójimo por la compasión porque sabemos que, al hacerlo, estamos en armonía con la energía que ha hecho el universo”, explicó a los jóvenes.
Setri Nyomi
El secretario general de la Comunión mundial de Iglesias reformadas, Setri Nyomi, deseó “todas las bendiciones de Dios para este encuentro”.
En su mensaje, destacó que “en medio de tantos desafíos en el mundo de hoy, los jóvenes que caminan en Peregrinación de confianza sobre la tierra, que rezan y reflexionan juntos, encontrarán realmente la fuerza para enfrentar estos desafíos y se regocijarán”.
Y añadió que reza para “que los temas de la alegría del corazón, de la compasión sin límites y del perdón den un sentido a la vida de todos los participantes”.
Ban Ki Moon
Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, destacó en su mensaje a los participantes del encuentro la importancia de la unión, en el panorama internacional actual.
“En una época en la que los desafíos desbordan las fronteras y son globales, nuestro futuro depende de la manera como trabajemos juntos”, destacó.
E invitó a “unirnos” para enfrentar el cambio climático y crear un mundo más “verde”, para vencer la extrema pobreza y construir un mundo más justo y más próspero, y para defender a las personas de las situaciones de crisis, a las víctimas de la guerra o de las catástrofes o a las que ven sus derechos fundamentales violados.
“Una parte importante de la solución está en vuestras manos -indicó a los jóvenes-. El mundo necesita vuestro compromiso concreto”, que implica también “una compasión sin fronteras”.
Herman van Rompuy
El presidente del Consejo de Europa, Herman van Rompuy, destacó que los jóvenes de este encuentro hacen referencia en sus reflexiones, hablando de alegría y de compasión, al “combate contra la pobreza que es un combate por la justicia” y recordó que la Unión Europea ha declarado el 2010 Año contra la pobreza y la exclusión social.
También se refirió al perdón, otro de los temas del encuentro de Rotterdam, como al “acto cristiano por excelencia”, un “acto de amor y de confianza”, “una fe compartida, con vosotros, con vosotros hacia el Otro, por el Otro, este Otro con “A” mayúscula” “para nuestra mayor felicidad”.

zenit.org

Tamaulipas en México también blinda vida contra el aborto

El Congreso del Estado de Tamaulipas en México aprobó una reforma de la Constitución estatal que blinda la vida contra el aborto y la eutanasia al precisar la protección de este derecho fundamental desde la fecundación hasta la muerte natural.

La votación fue de 26 votos a favor y 3 en contra, reformó el artículo 16 de la siguiente manera: "el Estado de Tamaulipas reconoce, protege y garantiza el derecho a la vida de todo ser humano desde el momento de la fecundación hasta su muerte natural; esta disposición no deroga las excusas absolutorias ya previstas en la legislación penal".


Con esta reforma, se indica, se dejó claro que "no es posible concebir la existencia de las instituciones públicas y sociales sin el reconocimiento y protección constitucional del derecho a la vida de todo ser humano".

Al considerar que la defensa de la vida debe darse desde el momento de la fecundación, la reforma establece que el aborto es considerado un delito en Tamaulipas, así como en todo el país.


Además también se aprobó algunas reformas al Código Penal con lo que se faculta a los jueces a sustituir la pena de prisión para la mujer que se practique un aborto por tratamiento médico integral y obliga a las Instituciones de Salud del Estado a brindarlo.


Estas modificaciones incrementan las sanciones para terceras personas que provoquen la muerte del bebé en gestación, con o sin el consentimiento de la madre.


En el caso del artículo 360 se indica que si el aborto lo practica un médico, partero o enfermero, además de la sanción penitenciaria que le corresponda conforme al artículo 358, se le suspenderá de tres a seis años en el ejercicio de su profesión.


La reforma constitucional no ha modificado las tres causales que están despenalizadas para practicar un aborto: violación, "acción imprudente" o cuando esté en riesgo la vida de la madre.


Con esto Tamaulipas se suma a los estados que ya han blindado la vida: Chiapas, Veracruz, Querétaro, Baja California, Chihuahua, Campeche, Colima, Puebla, Durango, Jalisco, Nayarit, Quintana Roo, Guanajuato, Yucatán, Sonora, Morelos, San Luis Potosí y Oaxaca.



aciprensa.com
 

No es inútil trabajar por el amor y la fraternidad universal, señala Benedicto XVI


Al recibir las cartas credenciales de cinco nuevo embajadores ante la Santa Sede, el Papa Benedicto XVI señaló que el camino del amor está abierto para todos los hombres y por tanto no es inútil trabajar por la fraternidad universal que debe basarse en el respeto a los derechos humanos y la justicia.


El Santo Padre recibió las cartas credenciales de Suresh Prasad Pradhan, de Nepal; Royson Mabuku Mukwena, de Zambia; Miguel Ángel Canturri Montanya, de Andorra; Vivianne Fock Tave, de las Seychelles y Boubacar Sidiki Toure, de Mali.


En su discurso común a todos, el Papa hizo una reflexión sobre la fraternidad universal y luego entregó a cada Embajador un discurso específico. En sus palabras a los cinco diplomáticos recordó los llamamientos que a lo largo del año se han hecho "en favor de Haití, devastada primero por el terremoto y después por el cólera".


"Desgraciadamente otras tragedias se han cebado en diversos países durante este año. Vuestros países, la comunidad internacional y el sector del voluntariado han respondido a las llamadas de ayuda urgentes que ciertamente deben continuar e intensificarse. Por su parte, y a través de sus diversas instituciones, la Iglesia aporta una contribución multiforme extendida a lo largo del tiempo".


"El bello ideal de la fraternidad, que forma parte del emblema nacional de muchos países, ha hallado en el desarrollo del pensamiento filosófico y político menor resonancia que la de otros ideales como la libertad, la igualdad, el progreso o la unidad", observó el Papa.


"Es un principio que, en gran parte, ha pasado a ser letra muerta en las sociedades políticas modernas y contemporáneas, sobre todo debido a la influencia de las ideologías individualistas o colectivistas. Pero la fraternidad tiene un significado especial para los cristianos, debido al diseño de amor fraternal de Dios, de la fraternidad que nos ha revelado Cristo".


"Para vivir con dignidad, todos los seres humanos necesitan respeto, al igual que se haga justicia y que sus derechos se reconozcan concretamente. Sin embargo, esto no es suficiente para llevar una vida plenamente humana: de hecho, la persona necesita también fraternidad".


"Esto es cierto no solo en las relaciones de proximidad, sino también a escala planetaria. Ahora bien, aunque el actual proceso de globalización acerque entre sí a las personas, no las hermana".


El Papa dijo luego que "la razón humana es capaz de reconocer la igualdad de todos los hombres y la necesidad de limitar las desigualdades excesivas entre ellos, pero es incapaz de instituir la fraternidad. Se trata de un don sobrenatural".


"Por su parte, la Iglesia ve la realización de la fraternidad humana en la tierra como una vocación que figura en el designio creador de Dios, que quiere que ella sea cada vez más fielmente, la hacedora de esa fraternidad, tanto en ámbito universal como local, como lo es en los países que representáis ante la Santa Sede".


En la vida cotidiana, "la fraternidad se expresa concretamente en la gratuidad y el respeto, incluyendo la actividad económica. La identidad esencial del hombre, su ser-en-relación, se expresa también en su actividad económica, que es uno de los principales campos de cooperación entre las personas".


Sin embargo, "aunque la fraternidad vivida entre los hombres pueda encontrar un eco positivo en términos de ‘eficacia social’, no hay que olvidar que no es un medio, sino un fin en sí misma".


"La Iglesia cree que Cristo nos reveló que Dios es amor. Así pues, a los que creen en la caridad divina les da la certeza de que el camino del amor está abierto a todos los hombres y de que no es inútil el esfuerzo por instaurar la fraternidad universal", concluyó.




aciprensa.com


El Papa felicita la Navidad con una foto de la Sagrada Familia de Gaudí


El Papa felicitará este año las Navidades con una fotografía de la Sagrada Familia de Antonio Gaudí. Se trata de la escultura de la Natividad realizada por Jaume Busquets y situada en la única fachada que Gaudí vió prácticamente terminada.



Benedicto XVI visitó Barcelona el pasado 7 de noviembre y consagró la basílica de la Sagrada Familia. Dijo que la espectacular basílica es “una alabanza a Dios hecha en piedra”.


Le gustó tanto que la enviará a todo el mundo en su tarjeta de felicitación, junto a su escudo, su firma y las palabras en latín “Verbum caro factum est”, “el Hijo de Dios se hizo hombre”.

 

romereports.com


El libro del Papa vende en España más de 75.000 ejemplares en tres semanas y ya es un best-seller

En Alemania se han vendido 200.000 ejemplares en tres semanas; 150.000 en Italia y 75.000 de las ediciones inglesa y francesa.
El libro-entrevista de Benedicto XVI «Luz del Mundo» ha vendido 75.000 ejemplares en España en menos de tres semanas desde que saliera a la venta el pasado 24 de noviembre.


La editorial Herder informó a ZENIT que en estos momentos está a punto de lanzar la séptima impresión en castellano y la tercera en catalán. El libro ha sido traducido ya a 16 idiomas y se preparan otras traducciones.

En Alemania se han vendido 200.000 ejemplares tres semanas; 150.000 en Italia y 75.000 de las ediciones inglesa y francesa.

“Para muchos libreros, está siendo el libro de estas Navidades y, con mucha probabilidad, el libro del año en materia religiosa”, indica un comunicado de la editorial Herder.

La editorial que tiene los derechos del libro en lengua española considera que “este éxito de ventas demuestra que el libro es un excelente medio de comunicación del Papa con los cristianos de todo el mundo”.

Benedicto XVI escribió el libro en alemán y desde el Vaticano se distribuyó el manuscrito a las editoriales de todo el mundo que, en tan sólo 4 semanas, llevaron a cabo el proceso de traducción.

Roberto Bernet, teólogo licenciado por la facultad de Teología de Münster (Westfalia, Alemania), se encargó de la traducción, que posteriormente fue revisada por tres correctores.

El periodista que realizó el libro-entrevista, el alemán Peter Seewald, destaca en el prefacio del libro que “nunca antes en la historia de la Iglesia un pontí fice había respondido preguntas en la forma de una entrevista directa y personal”.

Luz del mundo es el resultado de seis horas de entrevista con el Papa realizada el pasado mes de julio en Castel Gandolfo.

Benedicto no modificó sus respuestas al autorizar el texto, sino que “sólo introdujo correcciones de menor importancia donde consideró necesarias precisiones de contenido”, explica Seewald.

Para el periodista, “cuando se le escucha de ese modo y se está sentado frente a él, se percibe no sólo la precisión de su pensamiento y la esperanza que proviene de la fe, sino que se hace visible de forma especial un resplandor de la Luz del mundo, del rostro de Jesucristo, que quiere salir al encuentro de cada ser humano y no excluye a nadie”.

“En la crisis de la Iglesia, se cifra para él una enorme oportunidad, la de redescubrir lo auténticament e católico -añade Seewald-. Para él la tarea es mostrar a las personas a Dios y decirles la verdad.

Por su parte, el editor en lengua española, Raimund Herder, destacó que “los esfuerzos para conseguir publicar la edición española y catalana de Luz del Mundo han dado sus frutos ya que las palabras del Papa están llegando a sus lectores”.


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religionenlibertad.com

Wikileaks: Odio de Al Qaeda hacia Benedicto XVI preocupa a EEUU


Wikileaks difundió un cable atribuido a la Embajada de Estados Unidos en Italia que expresa la preocupación de las autoridades estadounidenses ante posibles amenazas de Al Qaeda contra el Vaticano, luego que el grupo terrorista declarara al Papa y a la Iglesia como sus enemigos.

El cable con fecha 19 de diciembre de 2008, señala que "la Ciudad del Vaticano atrae cientos de miles de visitantes estadounidenses cada año" y "Al Qaeda públicamente ha identificado al Papa y a la Iglesia Católica como un enemigo".


El documento sostiene que la Embajada de Estados Unidos en Italia habría pedido al Departamento de Estado de su país ayudar a las fuerzas de seguridad del Vaticano para lidiar con amenazas terroristas.
La intención de esta ayuda sería mejorar las habilidades de respuesta del Vaticano ante una situación de crisis, y "adoptar un diálogo con el vaticano sobre contraterrorismo".

Según el cable, Domenico Giani, Inspector General del Cuerpo de Gendarmería del Vaticano, habría estado "poco dispuesto" a dialogar con los Estados Unidos "acerca de las capacidades y preparación del Vaticano para responder a un ataque terrorista".


A pesar de esto, el documento filtrado indica que Julieta Valls Noyes, funcionaria de la Embajada de Estados Unidos en el Vaticano, reportó en noviembre del 2008 que Giani respondió "positivamente" a la invitación de unirse a un ejercicio de gestión de crisis.


Sobre el Inspector General del Cuerpo de Gendarmería también se afirmó, en el cable, que pidió al FBI entrenamiento específico de seguridad, incluyendo entrenamiento en explosivos, para los miembros de la Gendarmería Vaticana, la cual se realizó en la base de los Cuerpos de Infantería de Marina en Quantico, Virginia, en Estados Unidos.


Para la Embajada estadounidense en Roma habrían sido dos retos importantes el enfrentar, para mejorar el diálogo sobre seguridad, la sensibilidad de la Santa Sede a verse muy cercana a cualquier estado, y "la convicción del Vaticano que sus instalaciones deben ser fácilmente accesibles a todos los católicos".



aciprensa.com
 

Benedicto XVI pide que se respete la libertad religiosa en su mensaje por la paz



Hoy al mediodía (hora local) se presentó en la Oficina de Prensa de la Santa Sede el Mensaje del Papa Benedicto XVI para la 44° Jornada Mundial de la Paz que se celebra el 1 de enero de 2011 y que tiene como título: "La libertad religiosa, camino para la paz".
Participaron en la rueda de prensa: el Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, el Obispo Mario Toso, Mons. Anthony Frontiero y Tommaso Di Ruzza, respectivamente Presidente, Secretario y funcionarios del Pontificio Consejo Justicia y Paz.



El Cardenal Turkson explicó que el mensaje de este año comienza "con una referencia al ataque contra los cristianos en Irak, y a continuación presenta el sentido de la libertad religiosa y las diversas maneras en que éste modela la paz y sus experiencias. Sigue con una reflexión sobre la paz como don de Dios y al mismo tiempo obra de los hombres y mujeres de buena voluntad, y, sobre todo, de los creyentes".


"La libertad religiosa es el tema del Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz no sólo porque ese tema es esencial a la doctrina social católica, sino también porque la vida de la libertad religiosa –una vocación básica del ser humano y un derecho fundamental, inalienable y universal, y clave para la paz– sigue siendo objeto de amenazas".


Estas amenazar provienen "del secularismo agresivo, que es intolerante a Dios y a cualquier forma de expresión de la religión; del fundamentalismo religioso, de la politización de la religión y de la imposición de religiones de estado; del nacimiento de un relativismo cultural y religioso que se está haciendo cada vez más presente e insistente en nuestros días".


El Cardenal resaltó que el Papa en su mensaje, "ve a la salvaguarda de la libertad religiosa en nuestro mundo multicultural, multirreligioso y secularizado como una de las maneras de salvaguardar la paz".


Tras recordar que "una de las tareas importantes que nuestro mundo se fijó después de la Segunda Guerra Mundial fue la formulación, aprobación y promulgación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en diciembre de 1948, el Purpurado subrayó que Benedicto XVI la elogió, pero al mismo tiempo mostró su preocupación "por el aumento de los casos de negación de la universalidad de estos derechos en nombre de diferentes puntos de vista culturales, políticos, sociales e incluso religiosos".


"La libertad religiosa no es un derecho concedido por el Estado", sino que deriva "de la ley natural y de la dignidad de la persona, que están enraizadas en la creación. Al contrario, el Estado y las otras instituciones públicas, como recuerda Benedicto XVI, tienen que reconocerlo como intrínseco a la persona humana, como elemento indispensable para su integridad y la paz".


El Cardenal Turkson dijo luego que "la libertad religiosa es un deber de la autoridad pública; no es un derecho ilimitado. Se refiere principalmente a la libertad del hombre para expresar su ser ‘capax Dei’: su libertad para responder a la verdad de su naturaleza en cuanto creado por Dios y creado para la vida con Dios, sin coerción o impedimentos. Es aquí donde el hombre encuentra su paz y se convierte en instrumento de paz".


"La libertad religiosa no implica que todas las religiones son iguales. Tampoco es un motivo para el relativismo religioso o el indiferentismo. La libertad religiosa es compatible con la defensa de la propia identidad religiosa contra el relativismo, el sincretismo y el fundamentalismo: todas las formas de abuso de la libertad religiosa".


Tras resaltar que "la libertad religiosa no se limita al libre ejercicio del culto", señaló que "existe una dimensión pública, que otorga a los creyentes la oportunidad de contribuir en la construcción del orden social".


"Negar el derecho a profesar la propia religión en público y el derecho a trabajar para que las verdades de la fe inspiren también la vida pública, tiene consecuencias negativas sobre el verdadero desarrollo".


El Cardenal Turkson destacó que "el ejercicio del derecho a la libertad religiosa como un camino hacia la paz implica el reconocimiento de la armonía que debe existir entre las dos áreas y formas de vida: privado y público, individuo y comunidad, persona y sociedad. En consecuencia, el desarrollo y el ejercicio de la libertad religiosa es también la tarea de la propia comunidad".


Refiriéndose posteriormente a relación entre libertad religiosa y Estado, dijo que "aunque la libertad religiosa no es establecida por el Estado, éste sin embargo tiene que reconocerla como intrínseca a la persona humana y a sus expresiones públicas y comunitarias. Este reconocimiento de la libertad religiosa y el respeto de la dignidad innata de cada persona también implica el principio de la responsabilidad de protección por parte de la comunidad, la sociedad y el Estado".


"Los llamamientos de la Iglesia a la libertad religiosa no se basan en una simple solicitud de reciprocidad por parte de una comunidad de creyentes dispuesta a respetar los derechos de otras comunidades a condición de que respeten los derechos de los propios miembros".


Al contrario, "los llamamientos a la libertad religiosa se basan en la dignidad de las personas. Respetamos los derechos de los demás porque es lo correcto; no a cambio de su equivalente o por un favor concedido. Al mismo tiempo, cuando otros sufren persecución a causa de su fe y práctica religiosa, les ofrecemos la compasión y la solidaridad".


Finalmente resaltó que "todo anuncio del Evangelio es un esfuerzo por despertar la libertad del hombre por desear y abrazar la verdad del Evangelio. Esta verdad del Evangelio, sin embargo, es única, porque es la verdad que salva. La evangelización y el desarrollo de la labor misionera, por tanto, no se contradicen ni se oponen al sentido de la libertad religiosa".




aciprensa.com y romereports.com


Religiosas de asombroso "boom vocacional" conformarán nuevo instituto religioso



La comunidad de religiosas de clausura de Lerma - La Aguilera en España, que hace un año sorprendió al mundo por sus numerosas vocaciones jóvenes, recibió una notificación oral de la decisión del Papa Benedicto XVI de erigir su comunidad como un nuevo instituto religioso femenino de derecho pontificio, denominado "Iesu communio".

Ante las diferentes versiones periodísticas que dan cuenta de la aprobación papal, las religiosas publicaron un comunicado en el que confirman la notificación pero aclaran que están "a la espera de conocer los documentos pertinentes, por lo que en este momento no nos es posible proporcionar una información más detallada".

Las religiosas explican que la decisión papal "se produce después del estudio, por los organismos competentes de la Curia romana, de la documentación presentada a través del Sr. Arzobispo de Burgos, Mons. Francisco Gil Hellín, como respuesta a la petición por la que la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada había animado a la comunidad en 2009 a procurar definir con claridad la forma de vida a la que se sentía llamada por Dios. El Sr. Arzobispo recibió asimismo la comunicación oral de la decisión pontificia, que nos transmitió inmediatamente".

"Hasta ahora se ha venido guardando la lógica y necesaria reserva, por tratarse de materia sometida al estudio y decisión de la Santa Sede. La aprobación que ahora se nos comunica contiene la gozosa novedad y la fuerte responsabilidad de confirmarnos en la vida que Dios había suscitado entre nosotras desde hace tiempo. Él es el protagonista de todo y en Él confiamos para que lleve a buen término la vida que ha comenzado", agregan.

En declaraciones a ACI Prensa, la hermana Andrea de la comunidad de Lerma reiteró que están a la espera del decreto del Papa y todos los trámites están siendo llevados por el Arzobispo.

"En un breve espacio de tiempo, cuando la documentación esté en regla, no tendremos problema en dar información de nuestro modo de vida y del nombre, pero hasta ese momento no podemos decir más", indicó.


Sobre la comunidad

La comunidad de hermanas Lerma-La Aguilera fue noticia a mediados de 2009 cuando la Radio y Televisión Italiana (RAI) les dedicó un reportaje en horario estelar por tratarse del convento de clausura con más vocaciones jóvenes del mundo.

Este boom vocacional comenzó con Sor Verónica, hoy superiora de la comunidad, quien ingresó al convento de monjas Clarisas de clausura de la Ascensión fundado en Lerma (España) en 1604, cuando éste se encontraba en una crisis vocacional.

En 1984, Marijose Berzosa –hoy Sor Verónica– decidió, a los 18 años de edad, dejar atrás la carrera de medicina, los amigos, las discotecas de los ‘80s y el baloncesto para ingresar a un convento donde hacía 23 años no entraba una novicia.

Hoy el convento de Lerma tiene más de cien religiosas con una media de edad de 35 años.



aciprensa.com

LA VIDA CRISTIANA NECESITA INTIMIDAD CON JESÚS, AFIRMA EL PAPA

 

La vida cristiana necesita descubrir la unión íntima con Jesús y con la Iglesia, hasta el punto de poder abandonarse totalmente en la voluntad de Dios, afirmó hoy el Papa Benedicto XVI en la Audiencia General.
El Papa quiso hacer un paréntesis dentro de su ciclo dedicado a escritoras místicas medievales, dedicando hoy su catequesis a una santa moderna, Verónica Giuliani, al celebrarse el próximo 27 de diciembre el 350 aniversario de su nacimiento.
De hecho, entre los peregrinos presentes en el Aula, había una nutrida representación de la diócesis de Città di Castello – lugar donde murió la santa – encabezada por el obispo, monseñor Domenico Cancian.
Esta santa, nacida en pleno centro de Italia (1660-1727), entre las regiones de las Marcas y Umbria, es conocida por sus profundas experiencias místicas relacionadas con la Pasión de Cristo.
Tras perder muy pequeña a su madre, ingresó en la orden de las clarisas capuchinas. Al emitir su profesión solemne “inicia para ella el camino de configuración a Cristo a través de muchas penitencias, grandes sufrimientos y algunas experiencias místicas ligadas a la Pasión de Jesús”.
Verónica, afirmó el Papa, “se revela, en particular una testigo valiente de la belleza y del poder del Amor divino, que la atrae, la impregna, la inflama. Es el Amor crucificado que se ha impreso en su carne, como en la de san Francisco de Asís, con los estigmas de Jesús”.
La santa, que escribió por obediencia un Diario (unas 22.000 páginas) relatando sus experiencias, consignó en él “una espiritualidad marcadamente cristológico-esponsal”, la experiencia “de ser amada por Cristo, Esposo fiel y sincero, y de querer corresponder con un amor cada vez más implicado y apasionado”.
“En ella todo es interpretado en clave de amor, y esto le infunde una profunda serenidad. Todo es vivido en unión con Cristo, por amor a él, y con la alegría de poder demostrarle todo el amor de que es capaz una criatura”, afirmó el Papa.
Esta santa, añadió, invita “a hacer crecer, en nuestra vida cristiana, la unión con el Señor en el ser para los demás, abandonándonos a su voluntad con confianza completa y total, y la unión con la Iglesia, Esposa de Cristo”.
“Nos invita a participar en el amor sufriente de Jesús Crucificado para la salvación de todos los pecadores; nos invita a tener la mirada fija en el Paraíso, meta de nuestro camino terreno”, así como “a nutrirnos diariamente de la Palabra de Dios para encender nuestro corazón y orientar nuestra vida”.
Verónica Giuliani vivió también intensamente la comunión de los santos, afirmó el Pontífice, rezando, sufriendo y entregándose por los demás. También la liturgia, pues “los momentos fuertes de la experiencia mística de Verónica nunca están separados de los acontecimientos salvíficos celebrados en la liturgia”.
“Ella no sólo se expresa con las palabras de la Sagrada Escritura, sino que realmente también vive de estas palabras que se convierten en vida en ella”.

Dar la vida entera en respuesta al amor de Cristo crucificado, exhorta Benedicto XVI


En la audiencia general de hoy el Papa Benedicto XVI habló sobre Santa Verónica Giuliani. De ella, dijo, se puede aprender la entrega total en respuesta al amor de Cristo crucificado que dio su vida por la salvación de todos.

El Papa presidió la audiencia general en el Aula Pablo VI y dedicó su catequesis a Santa Verónica, monja clarisa capuchina del siglo XVII, cuyo 350 aniversario de nacimiento se celebra el próximo 27 de diciembre.


Esta santa nació en Mercatello (Italia) en 1660, "era la última de siete hermanas, de las cuales tres abrazaron la vida monástica". Recibió el nombre de Ursula. A los 17 años entra en el monasterio de las Clarisas Capuchinas de Città di Castello, donde permanece durante el resto de su vida. Allí recibe el nombre de Verónica.

"Un año después hace la profesión religiosa solemne e inicia un camino de configuración con Cristo a través de muchas penitencias, grandes sufrimientos y algunas experiencias místicas relacionadas con la Pasión de Jesús".


En 1716, a los 56 años, llega a ser abadesa del monasterio y es confirmada en ese cargo hasta su muerte en 1727, después de una dolorosa agonía de 33 días. Fue proclamada santa el 26 de mayo de 1839 por el Papa Gregorio XVI.


El Santo Padre señaló que la principal fuente para reconstruir el pensamiento de la santa es su diario de 22 mil páginas manuscritas: "Santa Verónica tiene una espiritualidad marcadamente cristológico-esponsal: la experiencia de ser amados por Cristo, Esposo fiel y sincero, y de querer corresponder con un amor cada vez más participativo y apasionado".


"Ofrece sus oraciones y sacrificios por el Papa, su obispo, los sacerdotes y todos aquellos que lo necesitan, incluidas las almas del purgatorio. Verónica vive de una manera profunda la participación en el amor sufriente de Jesús. Llega a pedir a Jesús que sea crucificada con Él".


Santa Verónica "está convencida de participar ya en el Reino de Dios, pero al mismo tiempo invoca a todos los santos de la Patria celestial para que la ayuden en el camino terreno de su donación, en espera de la bienaventuranza eterna; ésta es la aspiración constante de su vida".


"Los momentos fuertes de la experiencia mística de Verónica nunca se separan de los acontecimientos salvíficos celebrados en la liturgia, donde ocupa un lugar especial la proclamación y la escucha de la Palabra de Dios. La Sagrada Escritura, por lo tanto, ilumina, purifica, confirma la experiencia de Verónica, haciéndola eclesial. Ella, de hecho, no sólo se expresa con las palabras de la Sagrada Escritura, sino que también vive de ellas".


El Santo Padre subrayó que "Verónica se revela, en particular, un valiente testigo de la belleza y del poder del amor divino. También con la Virgen María mantiene una relación de profunda intimidad".


"Santa Verónica Giuliani nos invita a hacer crecer en nuestra vida cristiana la unión con el Señor, abandonándonos a su voluntad con confianza plena y total, y la unión con la Iglesia, Esposa de Cristo".


"Nos invita a participar en el amor sufriente de Jesús Crucificado por la salvación de todos los pecadores, nos invita a mantener los ojos fijos en el cielo, meta de nuestro camino terrenal, donde viviremos junto con muchos hermanos y hermanas la alegría de la plena comunión con Dios".


Esta santa, concluye el Santo Padre, "nos invita a alimentarnos cotidianamente de la Palabra de Dios para encender nuestro corazón y orientar nuestra vida. Las últimas palabras de la santa se pueden considerar la síntesis de su experiencia mística apasionada: ‘¡He encontrado el Amor, el Amor se ha dejado ver!’.


En su saludo en español al final de la audiencia, el Papa se dirigió de manera particular a los llegados de "España, Chile y otros países latinoamericanos".


De modo particular el Papa agradeció a "los miembros de la comunidad católica mejicana de Roma, así como a los artesanos venidos de Guanajuato, acompañados por el Gobernador de dicho Estado y el Señor Arzobispo de León, a quienes agradezco el obsequio de un artístico nacimiento. Que el ejemplo de Verónica Giuliani incremente nuestro amor a Cristo. Muchas gracias".

aciprensa.com





"Cómo evangelizar en una sociedad religiosamente plural”

 
 

Celebrada en España la XVIII Asamblea General del Foro de Laicos
 Cómo evangelizar en una sociedad religiosamente plural fue el leitmotiv que guió los trabajos de la XVIII Asamblea General Anual del Foro de Laicos de España. El Foro, integrado por más de cincuenta organizaciones laicales, se reunió en el centro Mariápolis Luminosa, en Las Matas, a veintiséis kilómetros de Madrid.

“Cómo evangelizar en una sociedad religiosamente plural” fue el interrogante que se plantearon, los días 27 y 28 de noviembre pasado, los delegados y representantes de los movimientos y asociaciones que integran el Foro.

La Asamblea tuvo dos sesiones: Una de estudio el sábado 27, y otra estatutaria el domingo 28.
La presidenta del Foro de Laicos, Camino Cañón, agradeció la asistencia de todos, en particular, la del obispo de Canarias Francisco Cases, responsable del Seguimiento del Foro, en la Comisión de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal.
En la presentación del encuentro y saludo inicial, monseñor Cases destacó la importancia de la pregunta planteada, pues el incremento en la variedad de religiones presentes, y el número de personas que en ellas participan, en España, obliga a una reflexión profunda que permita abrir caminos nuevos para aprender a vivir en esta nueva realidad.
Algunas aspociaciones y movimientos presentaron sus reflexiones sobre “cómo evangelizar en una sociedad religiosamente plural”, destacando que la evangelización pasa por el diálogo ecuménico e interreligioso, siendo fieles a la propia identidad y dando testimonio de lo que se anuncia.
María Elena Olmos, catedrática de Derecho Eclesiástico de la Universidad de Valencia, presentó una ponencia sobre el marco conceptual y jurídico de la libertad religiosa en España. Los derechos no se conceden, concluyó, sino que se reconocen, y que eso conlleva, que el Estado debe garantizar el ejercicio de la libertad religiosa, defenderla contra aquellos que la obstaculizan y cooperar para facilitar su ejercicio.
Luis González-Carvajal, catedrático de Teología Moral de la Universidad Pontificia de Comillas, desarrolló dos claves para evangelizar en una sociedad religiosamente plural. Para los no creyentes: el testimonio de vida, el anuncio explícito de la propia fe en Jesucristo, haciéndolo amable y atractivo. Para los creyentes de otras religiones: diálogo de la vida; diálogo para colaborar juntos en tareas de justicia, solidaridad, etc; diálogo intelectual para los especialistas y compartir experiencias religiosas.
En una mesa redonda, participaron Mariano Blázquez, secretario ejecutivo de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España; Teofil Moldován, arcipreste-párroco de la Iglesia Ortodoxa Rumana y Riay Tatary, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España. Moderó el diálogo Jesús Romero, de la Comunidad de San Egidio.
La exposición se centró en responder cada uno al interrogante de cómo se plantean la relación con las comunidades de otras religiones, en particular, con la mayoría católica.
Se llegóa a la conclusión de que el camino de avance pasa por el diálogo, por trabajar juntos en torno a los valores compartidos, y evitar que el fenómeno religioso se reduzca al ámbito de lo privado.
En la sesión estatutaria, tras la presentación de los informes anuales pertinentes, se dió paso a la presentación de los nuevos candidatos y posterior elección de la mitad de los miembros de la Comisión Permanente del Foro.

El Papa rechaza los totalitarismos en su visita a una parroquia de Roma

Matrimonio es un servicio a Dios, dice Cardenal Sandoval

Arzobispo de Guadalajara, Cardenal Juan Sandoval Íñiguez.
 

El Arzobispo de Guadalajara, Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, señaló que "el matrimonio es un servicio a la vida, un servicio al amor, un servicio a la humanidad, pero sobre todo, un servicio a Dios" ya que "Él creó al hombre y a la mujer para cooperar en la creación, a transmitir la vida y a cuidarla".


Por ello es importante "que no falte la oración en las familias, porque Dios puede mucho más que cualquiera de nosotros y contra aquellos que la quieren destruir" señaló el Cardenal durante el 2º Encuentro de las Familias este 11 de diciembre, en las instalaciones de Expo Guadalajara.


Para el Arzobispo de Guadalajara, solo la oración, la educación y la comprensión de la mística del matrimonio por parte de los esposos, hombre y mujer, pueden contrarrestar los ataques que ha sufrido la familia en los últimos tiempos como la aprobación del mal llamado "matrimonio" gay con derecho a adopción en el Distrito Federal de México.
El Cardenal afirmó que "si se toman en cuenta estos aspectos y se ponen en marcha, se podrá fortalecer a la célula de la sociedad, que es la familia", según un comunicado del Arzobispado de Guadalajara.
Por su parte, el Obispo Auxiliar de Guadalajara, Mons. Francisco González González, destacó que "el amor familiar no es solo una noción pasajera, sino una fuerza moral intensa y duradera, que busca el bien del hombre, incluso, a costa del propio sacrificio"
"El verdadero amor va siempre de la mano de la justicia, tan necesaria para la paz", finalizó Mons. González.

El Papa comerá con personas necesitadas y visitará a niños hospitalizados en Navidad

Dura condena del Papa a los falsos profetas

Hace una invitación a que los cristianos nos convirtamos en pequeños luces que sí cambian de esta manera la vida de la gente.
En su visita pastoral a la parroquia romana de San Maximiliano Kolbe esta mañana, el Papa Benedicto XVI señaló que ni las violentas revoluciones ni las grandes promesas cambian el mundo, sino la silenciosa luz de la verdad y el amor de Dios.



En la homilía de la Misa que presidió en la citada parroquia el Santo Padre se refirió al Evangelio de hoy en el que Juan Bautista envía a dos de sus discípulos le preguntan a Jesús si es el Mesías que ha de venir “¿O debemos esperar a otros?”

“En los últimos dos o tres siglos muchos han preguntado ‘¿pero eres realmente tú? ¿O el mundo debe ser cambiado de modo más radical? ¿No lo haces tú?’. Y han venido tantos profetas, ideólogos y dictadores, que han dicho: ‘¡No es él! ¡No ha cambiado el mundo! ¡Somos nosotros!’”
Estos hombres, prosiguió el Papa, “han creado sus imperios, sus dictaduras, sus totalitarismos que habrían cambiado el mundo. Y lo cambiaron, pero de modo destructivo. Hoy sabemos que de estas grandes promesas no ha quedado sino un gran vacío y una gran destrucción. No eran ellos entonces”.

Y así, “debemos ver de nuevo a Cristo, preguntarle: ‘¿eres tú?’. El Señor, en el mundo silencioso que le es propio, responde: ‘Vean lo que he hecho. No he hecho revoluciones cruentas, no he cambiado con fuerza el mundo, sino que he encendido muchas luces que forman, en el tiempo, un gran camino luminoso en los milenios”.

Como ejemplo de estas luces que el Señor “enciende” en la historia, el Papa presenta a San Maximiliano Kolbe, “que se ofreció a morir de hambre para salvar a un padre de familia. ¡En qué gran luz se convirtió! ¡Cuánta luz se hizo con esta figura que alentó a otros a donarse, a estar cercanos a los sufrientes y los oprimidos!”
“Pensemos en el padre que era para los leprosos Damián de Veuster, que vivió y murió con y para ellos, y así llevó luz a esta comunidad. Pensemos en la Madre Teresa, que ha dado luz a tantas personas, que luego de una vida sin luz, murieron con una sonrisa porque fueron tocadas por la luz del amor de Dios”.

“Y así podremos continuar y veremos cómo el Señor ha dicho en la respuesta a Juan, que no es la violenta revolución del mundo, ni las grandes promesas las que cambian al mundo, sino la silenciosa luz de la verdad, de la bondad de Dios que es el signo de Su presencia y nos da la certeza de que somos amados profundamente y que no somos olvidados, no somos un producto de un caso, sino una voluntad de amor”.

De esta forma, explica el Papa, “podemos sentir la cercanía de Dios. ‘Dios está cerca, dice la Primera Lectura de hoy, está cerca pero nosotros estamos con frecuencia lejos. Acerquémonos, vayamos a la presencia de su luz, recemos al Señor y en el contacto de la oración convirtámonos nosotros mismos en luz para los otros”.

Este es el sentido de la Iglesia parroquial: “entrar allí, en coloquio, en contacto con Jesús, con el Hijo de Dios, así nosotros mismos nos convertimos en una pequeñas luz que Él ha encendido y la llevamos al mundo que necesita ser redimido”.

“Nuestro espíritu debe abrirse a esta invitación y así caminar con alegría al encuentro de Navidad, imitando a la Virgen María, que ha esperado en la oración, con íntima y alegre trepidación el nacimiento del Redentor. ¡Amén!”.

Benedicto XVI: Constancia y paciencia, dos virtudes que no están de moda

 
 

Intervención con motivo del Ángelus

 Publicamos las palabras que dirigió Benedicto XVI este domingo a mediodía al rezar la oración mariana del Ángelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro.

Entre los presentes, se encontraban unos dos mil niños de parroquias de Roma que traían imágenes del Niño Jesús, que colocarán en el nacimiento de sus casas, para que fueran bendecidas por el Santo Padre.


Queridos hermanos y hermanas:
En este tercer domingo de Adviento, la Liturgia propone un pasaje de la Carta de Santiago, que comienza con esta exhortación: "Tened, pues, paciencia, hermanos, hasta la Venida del Señor" (5, 7). Me parece particularmente importante, en nuestros días, subrayar el valor de la constancia y de la paciencia, virtudes que pertenecían al bagaje normal de nuestros padres, pero que hoy son menos populares, en un mundo que exalta, más bien, el cambio y la capacidad para adaptarse a situaciones siempre nuevas y diversas. Sin nada que quitar a estos aspectos, que también son cualidades del ser humano, el Adviento nos llama a potenciar esa tenacidad interior, esa resistencia de espíritu, que nos permiten no desesperar en la espera de un bien que tarda en llegar, sino más preparar su venida con confianza operante.
"Mirad: el labrador espera el fruto precioso de la tierra aguardándolo con paciencia hasta recibir las lluvias tempranas y tardías. Tened también vosotros paciencia; fortaleced vuestros corazones porque la Venida del Señor está cerca" (Santiago 5, 7-8). La comparación con el campesino es muy expresiva: quien ha sembrado en el campo tiene ante sí meses de espera paciente y constante, pero sabe que la semilla mientras tanto cumple con su ciclo, gracias a las lluvias de otoño y primavera. El agricultor no es fatalista, sino que es un modelo de esa mentalidad que une de manera equilibrada la fe y la razón, pues, por una parte, conoce las leyes de la naturaleza y cumple bien con su trabajo, y, por otra, confía en la Providencia, dado que algunas cosas fundamentales no dependen de él, sino que están en las manos de Dios. La paciencia y la constancia son precisamente síntesis entre el compromiso humano y la confianza en Dios.
"Fortaleced vuestros corazones", dice la Escritura. ¿Cómo lo podemos hacer? ¿Cómo pueden ser más fuertes nuestros corazones, si ya de por sí son más bien frágiles, y si la cultura en la que estamos sumergidos les hace más inestables? La ayuda no nos falta: es la Palabra de Dios. De hecho, mientras todo pasa y muda, la Palabra del Señor no pasa. Si las vicisitudes de la vida nos hacen sentirnos perdidos y parece que se derrumba toda certeza, tenemos una brújula para encontrar la orientación, tenemos un ancla para no ir a la deriva. Aquí se nos presenta el modelo de los profetas, es decir, de esas personas a las que Dios ha llamado para que hablen en su nombre. El profeta encuentra su alegría y su fuerza en la Palabra del Señor, y mientras los hombres buscan con frecuencia la felicidad por caminos que se revelan equivocados, él anuncia la verdadera esperanza, la que no nos decepciona, pues está fundamentada en la fidelidad de Dios. Todo cristiano, en virtud del Bautismo, ha recibido la dignidad profética: que cada uno pueda redescubrirla y alimentarla, con una asidua escucha de la Palabra divina. Que así no los alcance la Virgen María, a quien el Evangelio llama bienaventurada porque ha creído en el cumplimiento de las palabras del Señor (Cf. Lucas 1, 45).



[Tras rezar el Ángelus, el Papa añadió:]
El primer saludo se dirige hoy a los niños y muchachos de Roma, que han venido con motivo de la tradicional bendición de las imágenes del Niño Jesús para los belenes. Queridos jóvenes amigos: cuando pongáis el Niño Jesús en la gruta o en la cabaña, ofreced una oración por el Papa y por sus intenciones. ¡Gracias! Saludo a vuestros padres, maestros y catequistas; doy las gracias al Centro de Parroquias de Roma por esta iniciativa, así como a los amigos del Centro de Pediatría "Santa Marta".
Además, deseo recordar que en la tarde del jueves próximo, 16 de diciembre, en la basílica de san Pedro, celebraré la Liturgia de las Vísperas con los universitarios de Roma, en preparación de la Navidad.
[Luego, el Papa saludó en varios idiomas a los peregrinos. En español, dijo:]
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española presentes en esta oración mariana. En este tercer domingo de Adviento, la liturgia nos invita con insistencia a la alegría en el SeñorQue la intercesión amorosa de Santa María, que bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, es invocada fervientemente como Madre por los hombres y mujeres del pueblo mexicano y de América Latina, aliente este tiempo de gozo y esperanza y fomente el ineludible ejercicio de la caridad con los más necesitados. Feliz domingo.

En defensa de Juan Pablo II


«El ‘caso Maciel’ es una mancha artificial en la historia de Juan Pablo II»

Entrevista que Valentina Alazraki le hizo al ex Nuncio Apostólico Nuncio en México Mons. Justo Mullor y que forma parte del libro Juan Pablo II luz del mundo, editado por Planeta.

Por: Valentina Alazraki


ex Nuncio Apostólico Nuncio en México Mons. Justo Mullor




Ciudad del Vaticano.-

Monseñor Justo Mullor fue nuncio en México desde inicios de 1997 hasta el 2000, año en el que volvió a Roma como Presidente de la Pontificia Academia Eclesiástica. Ésta es la Escuela Diplomática del Vaticano, que bajo su mandato festejó los 300 años de su fundación y es en consecuencia la más antigua de la historia del mundo.

Desde que llegó a México, y organizara la IV Visita de Juan Pablo II así como impulsara la canonización de Juan Diego, vivió en carne propia los embates de abusos de poder de Marcial Maciel.

La misma Legión hizo alarde en su momento – a través de una de las Beacon Notes a ellos notoriamente atribuidas - de haber logrado el traslado de ese nuncio para ellos incómodo y por ello injusta y ampliamente difamado.

En Roma y en México se dijo que se le promovió para que no siguiera informando al Vaticano acerca de las acusaciones de pedofilia en contra del fundador de los Legionarios.

Durante estos 10 años, el nuncio Mullor ha mantenido el más absoluto y consciente silencio. Le pedí su testimonio, que considero muy valioso por lo menos por tres razones: fue una persona querida y apreciada por Juan Pablo II, al que sirvió con gran empeño y honestidad; fue quizás una víctima, sino la más injusta y arbitraria del “sistema Maciel”, dentro y fuera del Vaticano, y finalmente, porque en el 2009 fue nombrado miembro de la Congregación para las Causas de los Santos y como tal participó en el proceso que llevó al reconocimiento del ejercicio heroico de las virtudes de Juan Pablo II.

Para hacer justicia a Juan Pablo II, aceptó la entrevista, que considera más única que rara tras el largo silencio que él mismo se impuso al concluir su misión en México.

Como maestro de los futuros diplomáticos de la Santa Sede entre el 2000 y el 2008, él es plenamente consciente que, por tratarse de una gran obra pastoral, también en la diplomacia pontificia, es Dios mismo quien guía los pasos de quienes la ejercen con autenticidad sacerdotal. En consecuencia, tanto su tenaz silencio como la excepción que él hace con la presente entrevista, no tiene otra finalidad – así me lo a hecho repetidamente presente – que la de servir la memoria de Juan Pablo II y servir a la Iglesia.

«Valentina – me ha declarado Mons. Mullor al dar este paso – yo no tengo más que amigos. Ni siquiera a Maciel lo considero enemigo, a pesar de lo que de él y de mí dicen algunos. Él y sus amigos son figuras históricas – y la historia se está aún escribiendo – encontradas de algún modo en la mía de nuncio apostólico en México. Yo he obrado según conciencia. Ellos, si aún pueden, deben consultar las suyas. Si al tomar ciertas decisiones pretendieron hacerme algún mal, sepan que, como cristiano, sé perdonar y que en consecuencia soy una persona plenamente feliz al haber perdonado, como nos enseña el Padrenuestro».

Monseñor Mullor conoció a Juan Pablo II cuando éste era joven cardenal de Cracovia y él daba sus primeros pasos en la Secretaría de Estado, en tiempos de Juan XXIII.

«Quedé impresionado —me contó— por la personalidad fascinante de aquel obispo singular del este europeo. Parecía más europeo que la mayoría de sus colegas de Europa occidental. Me impresionó su fe evidente, tan natural como su también evidente alegría y buen humor».

Lo volvió a encontrar, ya investido Papa, cuando él era representante permanente de la Santa Sede en el Consejo de Europa, apenas después de un mes del comienzo de su pontificado. “«Parecía que los años no habían pasado: me quedé de piedra cuando me preguntó qué había hecho yo durante los diez años que habíamos dejado de vernos. Al cabo de unos minutos, concluida mi tímida respuesta, me dijo, con una cordialidad desarmante, que dentro de poco yo tendría que dejar Europa, que me apasionaba, para ir a representarlo a un importante país africano, que no especificó, pero, aseguró sin más, ‘es muy interesante’».

«Su sencillez me cautivó: era Papa, pero era el mismo que yo había conocido en el Concilio. Por eso me atreví a rogarle de modo espontáneo tener el honor de que me ordenara obispo. Lo hizo el 27 de mayo de 1979 en la Basílica de San Pedro.»

Después de ser nuncio en Costa de Marfil, Juan Pablo II le confió, primero, una misión altamente importante – ser su representante en la Oficina ginebrina de las Naciones Unidas – y años después una nunciatura que para el Papa polaco tenía un significado y una importancia grandes. Se trataba de la primera representación de la Santa Sede en los ex países bálticos Lituania, Letonia y Estonia, hasta entonces incorporados a la Unión soviética. En ellos, le tocó recibirlo en el verano de 1993. En 1997 decidió enviarlo como nuncio a México, su país predilecto. Ahí su lineal camino se cruzó con el complejo y enrevesado de Marcial Maciel.

«Ya que nuestro encuentro está motivado por la gran figura de Juan Pablo II y por la anómala presencia en la historia de su pontificado de esa “sombra” que es Maciel, podríamos preguntarnos —me comentó monseñor Mullor— si mi estancia en México no tenía, en los planes de Dios, la finalidad de contribuir de algún modo a esclarecer quién era realmente esa persona compleja y misteriosa.»

Monseñor Mullor reconoció durante uno de nuestros largos encuentros en su casa que al principio también él estimó equivocadamente a Maciel, debido a su fama existente en Roma y en otros lugares. A pesar de ello, intentó, como debe hacer un nuncio responsable y eficaz, entrar en su real personalidad para conocerlo con objetividad. «Es muy útil hacerlo, comentó, porque todos llevamos dentro una serpiente y un arcángel. Así lo escribí en el prólogo de mi libro Dios cree en el hombre que, además de españolas, cuenta con ediciones también italianas, mexicanas e inglesas. En él afirmé que “todos llevamos dentro un arcángel que nos hace volar hacia Dios y una serpiente que a veces nos hace arrastrarnos por impensados lodazales».

Recordó que antes de que concluyera el año de 1997, al poco tiempo de haber llegado a México apareció en las páginas culturales de una conocida revista la síntesis de un libro que acusaba a Maciel y a otro notorio eclesiástico de graves faltas morales, aunque de diverso signo.
En esta contingencia, un legionario que trabajaba en la nunciatura, como secretario local, le pidió que defendiera públicamente a su fundador y que también lo hiciera la conferencia episcopal. «Mi respuesta fue: ‘Lo haría con gusto si su fundador fuera el primero en tratar de probar la falsedad de las acusaciones que le son hechas por personas concretas que no ocultan sus nombres’. En tal situación, el primer paso debía darlo él. Su extraña e inesperada respuesta fue: ‘El padre Maciel – como Cristo -no se defendería. Se trataba, pues, de una determinación segura y bien pensada.» El nuncio insistió en que, sin esa defensa preliminar y personal, nadie podía pretender que la Iglesia como tal la asumiese ante todos los demás creyentes y personas. Se trataba de una elemental cuestión de justicia ante personas que no se escondían tras anonimato alguno.

Monseñor Mullor encontró a Maciel en dos o tres ocasiones. Su “intuición” acerca de la posibilidad de que las acusaciones fuesen fundadas fue lógicamente en aumento. «Sí, fue creciendo en lugar de desvanecerse. En una primera ocasión, trató de hacerme creer hábilmente la extraña idea de que había sido él quien había propuesto a Juan Pablo II enviarme a México. Me contó incluso que, habiendo oído que muchas personas hablaban bien de mí (sus relaciones —me explicó— eran amplias y sólidas), había expuesto la idea al Papa durante una cena, de las frecuentes que tenía con él. A mi pregunta sobre el día que tuvo lugar esa cena, comprobé que —si realmente esa cena se hubiese sido llevada a cabo— ella habría sido un par de semanas después de que yo hubiese ya aceptado mi traslado de Lituania a México… Comenzaba a haber por medio una posible y desmesurada mentira.

«En otra ocasión se reforzó mi idea de que Maciel debía pensar que, ante él, habituado a fascinar a los demás, muchos debíamos aparecer ante él como privados de inteligencia o de imaginación. Quizá pensando ingenuamente en que le ‘debía’ mi nombramiento en México, en el que me observaba muy feliz y activo, tras comunicarme que él era consultado por una imprecisa Roma para los nombramientos episcopales para todo el continente americano, expresó la esperanza de que un servidor siguiera la costumbre de interrogarlo sobre los candidatos presentados por los obispos de México. Naturalmente, hice el silencioso propósito de no seguir tal insinuación. Me recordé a mí mismo que yo me debía al Papa y a mis hermanos los obispos que por mi medio le confiaban sus proyectos para la vida religiosa del país.»

Otro encuentro inolvidable para monseñor Mullor fue el único que mantuvo en Roma con el fundador de la Legión. En esa ocasión el padre Maciel trató de explicarle que, a su juicio, existía un doble tipo de moral: una para el pueblo y otra para los representantes de la alta política. «Se trataba de un verdadero y poco menos que increíble error doctrinal y moral en una persona de su presunto nivel espiritual».

«Fue el final de nuestros encuentros», me dijo monseñor Mullor. Le manifestó abiertamente que, como cristiano y como obispo, no podía aceptar esa dualidad. «Los Diez Mandamientos —le dije— son válidos para todos, tanto para el pueblo como para los hombres que Vd. considera de la alta política.» También le comentó que lo dicho cinco siglos antes por Maquiavelo en El Príncipe, de que el fin de las acciones políticas justificaba los medios para alcanzarlas, de ninguna manera podía ser aceptado por quien profesaba la fe católica. «No debió de agradarle nada aquella respuesta, la sola que cabía en un nuncio responsable de su alta misión» me comentó monseñor Mullor, quien reconoció que a partir de ese día empezó a ver toda la situación relativa a Maciel desde otra perspectiva. «Desde ese momento la “cuestión Maciel” adquirió para mí una prioridad de conciencia», fue su conclusión.

Le pregunté entonces a nuestro antiguo nuncio en México en qué momento entró en contacto con las personas que acusaban al padre Maciel. Su respuesta fue: «Un grupo de ellos se presentó una tarde en la nunciatura sin haber hecho cita alguna conmigo. No recibí al grupo, pero acepté hablar por teléfono con uno de sus representantes, quien me anunció que llevaba consigo un ejemplar auténtico de la carta abierta que poco antes habían dirigido a Juan Pablo II a través un conocido periódico vespertino de México. Mi respuesta —lo recuerdo como si fuera ayer— fue precisa y sincera: lamentaba no poder ayudarlos; al Papa se le puede enviar una carta a través de la nunciatura. Y yo la hubiera cursado, tal como era mi obligación. Pero era una falta de respeto hacia él haberlo hecho, hacía días, mediante un periódico de amplia difusión. Si lo que ellos afirmaban era verdad —cosa muy difícil de aceptar a primera vista, pero, en último extremo, posible—, debían comenzar por ofrecer una elemental prueba de seriedad. Si el problema que les ocupaba era realmente sincero, en adelante podían tratar conmigo a través de un sacerdote que les conociese bien y se responsabilizara de su seriedad. Les dije: Recen ustedes por mí, que un servidor lo hará también por ustedes. Ya que habíamos hablado de oración, creí oportuno, por fin, aclararle a mi anónimo interlocutor que por mi parte nuestra entrevista había tenido un carácter fundamentalmente pastoral, y que si no lo había recibido en persona era porque la difusión de su carta al Papa había sido de naturaleza anómala.»

También le pregunté si aquel encuentro telefónico mantenido con quienes lo acusaban de ser sus víctimas tuvo alguna repercusión para el fundador de la Legión.

«La Providencia hace muy bien las cosas. Es maestra en el modo de conducir la historia. Y los nuncios tenemos muchas y a veces inesperadas pruebas de ello: días más tarde, dos eclesiásticos, a quienes un servidor conocía y apreciaba, me pidieron audiencia. Con gusto acepté el encuentro. Se trataba de los padres Antonio Roqueñí y Alberto Athié. El primero de ellos está ya en el cielo, donde no dudo que el Señor habrá premiado su obra de pastor y de gran amante del derecho canónico, en el que los más avisados ven —vemos— el cimiento de muchas obras pastorales sólidas. El segundo vive aún y es otra víctima del poder y los engaños de Maciel. Por desgracia ha dejado el sacerdocio, por haber tratado de defender a una de las reales y más conocidas víctimas de tan extraño fundador. Rezo por ese sacerdote todos los días y porque sus relaciones con Dios sean siempre, o lleguen a ser, tan sólidas como yo las conocí.» Ambos, me comentó monseñor Mullor, estaban al tanto de que las acusaciones al padre Maciel eran por desgracia reales —«tan reales que yo no podía imaginarlas en su integridad»—, y cada uno de ellos se haría responsable de defender a los acusadores. Es más: dada la experiencia anterior, convinieron en que en adelante se evitaran los escritos transmitidos por correo, y en que se dirigirían, el primero de ellos, a la Congregación para la Doctrina de la Fe, competente en la delicada materia, y el segundo al Tribunal Metropolitano de México, «ya que su confidente y amigo —muy conocido sacerdote legionario, que fue el primer rector de la Universidad Anáhuac— había muerto en la capital, abandonado y olvidado del fundador y de sus hermanos».
Monseñor Mullor pensó que el propósito era acertado y los felicitó por ello. «Estábamos ante un caso de conciencia, para el que el derecho eclesial tenía previsto unas leyes y unos foros especiales. Por lo que tocaba a la Santa Sede, le indicó al doctor Roqueñí que en el cardenal Ratzinger y en sus colaboradores encontraría la más favorable acogida, aunque era presumible que las ideas que circulaban en Roma a causa de las muchas amistades con que contaba Maciel ahí podían y —muy probablemente— lograrían retardar algo las necesarias pesquisas. Recuerdo con precisión las palabras que dije al amigo Roqueñí: ‘Quizá tardemos algún tiempo más en resolver el grave problema con la estrategia pactada y considerada la más idónea. Pero podemos esperar que se tomen todas las medidas para resolver la situación tan bien y precisamente conocida por ustedes’.
A ambos, después de abrazarlos, les di mi bendición. Aquel día tuve la sensación de estar frente a la verdad —más amarga de lo imaginado— y de ser plenamente libre. Era un nuncio y una persona que había superado el “mito Maciel».

«Te haré una confidencia, querida Valentina», me dijo renglón seguido Mons. Mullor. «Te la hago en honor de Juan Pablo II y también del nuevo Beato, el cardenal John Henry Newman, a cuya reciente beatificación tú asististe hace unas contadas semanas, al acompañar a Benedicto XVI en su reciente viaje pastoral a Gran Bretaña. Dí aquel gran paso de contribuir a quitar la máscara al fundador de la Legión, que se ha convertido ya en parte de historia de la Iglesia, porque había meditado muchas veces en una extraordinaria afirmación del más famoso de los convertidos anglicanos que luego se convirtió el gran cardenal católico y ahora Beato John Henry Newman. En una conocida carta al Duque de Norfolk el nuevo Beato proclamó alto que la infalibilidad del Papa y la conciencia son – ambas - dictadas por el respeto a la verdad objetiva. Traté siempre de vivir en mi sacerdocio y en mi servicio a la Iglesia esa gran verdad: siempre creí en la infalibilidad del Papa y en la certeza de tener una conciencia bien formada. Por muy poderosos que fueran los “amigos de Maciel”, ninguno de ellos podía ser más fuerte que el Papa a quien yo siempre he servido ni más fuerte que mi conciencia correctamente formada. Hice muchos momentos de oración sobre esa afirmación del ahora Beato en la mágica iglesia de San Giorgio in Velabro durante mis años de estudiante universitario y, más aún, durante mi estancia en la Academia Eclesiástica en los primeros años del milenio dos mil.»

Le pregunté a monseñor Mullor si tuvo ocasión de informar a Juan Pablo II de los pasos dados por esos dos prestigiados sacerdotes.
En el curso de estos 10 años, monseñor Mullor en muchas ocasiones lamentó tanto no haber podido ser la persona que informara al Papa como nadie más lo hubiera hecho. De haber sucedido «la historia —me dijo—, habría sido diferente». Le pedí a monseñor Mullor que me hablara de la relación entre Juan Pablo II y Marcial Maciel. Me dijo que era lógico que, al iniciar su pontificado, el fundador de los legionarios le fuera presentado como una de las personalidades eclesiales importantes del momento.

«No es nada claro, sin embargo, que con él llegara a tener verdadera intimidad ni, mucho menos, que llegara a penetrar su compleja personalidad. Otros eclesiásticos de rango inferior, pero, las más de las veces, carentes de la visión sobrenatural que en todo momento caracterizó al Papa polaco, sí aparentaron ser verdaderos amigos de Maciel. Son ellos sin duda quienes lo exaltaron ante el Papa y ante ciertos sectores de la opinión pública, a veces de modo incluso ambiguo e interesado. Es más: es posible que a los oídos del Papa Wojtyla llegaran ecos de esas voces críticas —en sí acertadas, pero deformadas por los simpatizantes de Maciel— de que éste había cometido graves, gravísimas faltas morales tratando de pervertir a algunos de sus jóvenes e incautos seguidores. Pero es evidente que el eco de esas voces era silenciado por el falso e interesado mito de esos amigos de Maciel, quienes repitieron durante años, como un disco rayado, que a esas voces absurdas no era posible darles algún peso o crédito. Lo que a esos amigos atraía, y apreciaban, era la visibilidad de los legionarios, y no el espíritu, que se les escapaba. Sus llamados amigos sin duda se fijaron más en la cantidad que en la calidad de su obra. Esas personas cercanas a Maciel siempre olvidaron que Juan Pablo II era intransigente cuando conocía algún caso de desvíos sacerdotales. Así lo demostró en cierto momento ante los obispos de América del Norte e incluso ante la opinión pública polaca y mundial. Monseñor Julius Paetz, arzobispo de Poznan, compatriota y colaborador suyo al principio de su pontificado, fue suspendido de su cargo por el Papa el Jueves Santo del 2002, a pesar de que jamás aceptó el fundamento de las voces que lo acusaban de faltas semejantes, pero más limitadas, que las atribuidas a Maciel. El Papa no obtuvo de determinados canales la debida información sobre estas acusaciones, sino de su amiga Wanda Poltawska. ¿Por qué Juan Pablo II, de estar debidamente informado, iba a dejar de castigar a Maciel, si había castigado —dura e inmediatamente— a uno de los primeros colaboradores que tuvo en su pontificado?»

Le pedí a monseñor Mullor que hablara, por primera vez públicamente, de cómo vivió durante los 10 años que transcurrió en Roma antes de que el Vaticano reconociera oficialmente los delitos cometidos por Maciel, cuando muy pocos le creían en relación con su culpabilidad.

«Viví cultivando la esperanza cristiana y tratando de enseñar a mis excelentes hermanos menores, como llamé siempre a mis alumnos de la academia, que supieran servir siempre al Papa desechando cualquier tentación de “hacer carrera”. Una constante enseñanza mía fue que en la Iglesia del Vaticano II tal tentación debía ser abolida para siempre. Sin saber del todo su futuro mandato, todos debían pedir mucho por el trabajo del cardenal Ratzinger y por las víctimas inocentes de determinadas conductas pecaminosas de ciertos sacerdotes. Tratando de dar ejemplo, invité a mis queridos alumnos a no pensar jamás en ellos mismos, sino en la Iglesia a quienes debían – debemos – servir durante toda la vida. “Seamos hombres honestos y cristianos lo más evangélicos posible”: tal fue el nervio de mi enseñanza durante mis años de Academia.

«Cuando el Viernes Santo del 2005 el cardenal Ratzinger predicó el viacrucis en el Coliseo de Roma, un servidor viajaba desde Praga a Vilnius para dar la primera comunión al hijo menor de mi chofer, quien tuvo la delicadeza de ponerle mi nombre antes de que un servidor abandonara Lituania. Meditaba el viacrucis en el texto que me había entregado pocas horas el nuncio en Chequia. En ese momento, sentí interiormente dos alegrías simultáneas e intensas: el cardenal Ratzinger —en cuyas sólidas manos estaba el estudio y la solución del problema— se vislumbraba como un muy posible sucesor de Juan Pablo II, al que tan de cerca estaba sirviendo desde hacía años, y a las víctimas del anómalo fundador se les haría finalmente justicia. No tengo temor alguno en confiarte que se me saltaron las lágrimas durante aquel vuelo. Aunque siempre había tenido conciencia de que los pecados sacerdotales son lo que mayor daño hacen a la Iglesia, cómo con intensa fe y gran valor Benedicto XVI les manifestó a ustedes, los periodistas que le acompañaban a Portugal esta primavera, sentí una intensa emoción aquel día santo y en aquel avión que me llevaba por primera vez a la ciudad que había dejado ocho años antes para comenzar una nueva e intensa experiencia en México.


Monseñor Mullor tiene la certeza moral de que Benedicto XVI, debido a su reconocida rectitud moral, informó a Juan Pablo II, al final de su vida, de la extrema gravedad del caso Maciel. Esta posibilidad explicaría, en su opinión, tanto las graves afirmaciones hechas en la novena estación del viacrucis como su decisión de enviar en aquellos días a monseñor Scicluna a América.
En cuanto a su pronóstico sobre la duración de la causa de beatificación de Juan Pablo II, me contestó: «Mucho dependerá del milagro —o los milagros— que se le atribuyan y del parecer de los médicos sobre el caso que les será presentado como gracia obtenida por medio de las oraciones elevadas a Dios a través de Juan Pablo II. Sin duda no hay otros impedimentos, y mucho menos la supuesta amistad que algunos le achacan con Maciel. Para mí es diáfanamente claro que no existen obstáculos a esa beatificación tan esperada y de tanta importancia para la Iglesia y para el mundo. Y es igualmente claro que el diablo —que existe— trate de complicar la cosas, en vista del bien que la presencia de Juan Pablo II en los altares traerá —repito— a la Iglesia, e incluso a las Iglesias, al ecumenismo al que todas de algún modo aspiran, y al mundo. El Papa polaco no vino sólo para la Iglesia católica. Que se lo pregunten a los cristianos de Rusia y de los demás países del Este europeo.


Al finalizar nuestro encuentro, le comenté a monseñor Mullor que un cardenal que al principio siguió muy de cerca la causa de beatificación de Juan Pablo II me dijo que los que permitieron que sobre el Papa estuviera esta mancha, por no haberle informado debidamente y haber protegido a Maciel contra viento y marea, deberían asumir su responsabilidad. Le pregunté si compartía esta opinión.

«Naturalmente que la comparto. Quienes más cerca hemos estado de Juan Pablo II, mayores responsabilidades tenemos de dejar su memoria limpia de polvo y paja. Es eso lo que tú y yo, Valentina, estamos tratando de hacer en estos momentos, tú como periodista apreciada y yo como nuncio de ese gran Papa en México en un momento muy concretos de su historia. Tuve ocasión de ver que durante ese periodo dejó de brillar un diamante artificial que acabó por revelarse tal como era: un falso mito religioso, humano y social. Es un justo principio humano y sobrenatural el que enuncia ese cardenal». Y que coincide – precisó Mons. Mullor - con la doctrina del nuevo Beato John Henry Newman, apenas recordada, del valor la misión fundamental del Papa y de la fuerza de la conciencia bien formada como expresiones de la verdad objetiva.


Valentina Alazraki

«El ‘caso Maciel’ es una mancha artificial en la historia de Juan Pablo II. Así lo vemos quienes convivimos realmente —y no sólo funcionalmente— con él. Yo lo vi rezar de bruces en la nunciatura de Vilno cuando se creía solo, y pasar seis horas seguidas de oración —entre la medianoche y las seis de la mañana— en la de México. Lo vi en Costa de Marfil acariciar gozosamente a los leprosos, a cuyos hijos bautizó como un misionero más. Un hombre y un cristiano así no podía ser realmente un íntimo de Maciel. Como tantos otros —muchos de ellos seguidores en la Legión de Cristo y admiradores fuera de ella—, podía estar engañado, pero no obcecado. La historia lo dirá, y pronto».
«Es legítimo pensar, con certeza moral, que el sufrimiento físico de Juan Pablo II se debió unir al dolor de tener conciencia de que la real figura de Macial, tan llevada y traída por quienes cultivaron su mito, se reducía a una triste realidad que se tradujo como una de los mayores contrasentidos registrados en la historia de la Iglesia del siglo XX».
Una vez más sentí con total evidencia que es Diosito —como dicen tiernamente los niños mexicanos— quien traza mi camino y los caminos de la Iglesia…».
«Después del encuentro con los doctores Roqueñí y Athié no pude hablar con Juan Pablo II del paso responsable que, por consejo mío, ambos habían dado en aquel momento. Traté de informar a una persona muy cercana al Papa, pero no fue posible. Pensé que mi obligación era dejar plena libertad de acción, sobre todo, a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que, como ya hemos visto, estaba en las mejores manos de la Iglesia, después de las del Sucesor de Pedro.»


«Ante la firme insistencia de aquel Legionario de que en su fundador era atacada la misma Iglesia, comencé a pensar que, por muy fundador que fuera, podría haber algo de verdad en la pretensión de abstenerse de afrontar a sus calumniadores.»
«Naturalmente, como tantos otros, pensé en una posible osada y grave calumnia. Por mi experiencia romana, sabía que no era la primera vez que ese tipo de calumnias se difundían con la intención de hacer mal a una obra católica. Y la Legión de Cristo se había extendido sobre todo en América Latina, España, Irlanda y Estados Unidos. Sabía, igualmente, que era opinión corriente en Roma, donde Maciel contaba con no pocos amigos y admiradores, que tales acusaciones eran consideradas absurdas e infundadas, por lo que no merecían que se les diera peso alguno. De todas formas, como era mi obligación profesional, informé con precisión a quien debía informar.»