jueves, 16 de diciembre de 2010

El Papa invita a los jóvenes a una alegría ligada a la confianza en Dios

Mensajes de líderes mundiales a los participantes del encuentro de Taizé en Rotterdam

 Benedicto XVI deseó que Dios conduzca a las fuentes de la alegría a los participantes en el 33º encuentro europeo de jóvenes que se celebra del 28 de diciembre al 1 de enero en Rotterdam por iniciativa de la comunidad de Taizé.

En un mensaje invitó a esos jóvenes a descubrir “esta alegría que no os aleja de una solidaridad con los sufrimientos de la humanidad, sino que está profundamente ligada a la confianza en Dios”.
“Viviendo de esta confianza, acogiéndola, permitís esta renovación radical del ser humano que Cristo vino a traer”, explicó.
“Así seréis animados por el valor de ir contra corriente, cuando esto sea necesario -continuó-. Resistiendo al espejismo del individualismo, os convertiréis cada vez más en hombres y mujeres de comunión, en la entrega de vosotros mismos por los demás”.
Y deseó que, una vez terminado el encuentro, al volver a sus países, “el Espíritu Santo os colme de una compasión sin límites, os comunique imaginación y valentía para descubrir de qué forma transformar vuestras comunidades locales en lugares de bondad del corazón y de confianza”.
“La paz que él os concede resplandecerá así para los demás y para el mundo”, añadió, antes de convocarles a la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid el próximo mes de agosto.
Otros líderes religiosos y políticos de todo el mundo enviaron también mensajes a los jóvenes que participarán en el encuentro ecuménico.
Bartolomé I
El patriarca Bartolomé de Constantinopla se refirió a Rotterdam como a una “encrucijada de culturas y religiones” y destacó la riqueza de la diversidad de este encuentro de jóvenes.
El patriarca ortodoxo habló de la alegría, tema sobre el que reflexionan los jóvenes, y se refirió a ella como a “la expresión más concreta de la resurrección”.
Esa alegría, dijo, “debe leerse en vuestras caras, extenderse más allá de la Iglesia e inspirar todos los actos de la vida de cada día”.Tomando el contenido de la carta anual de Taizé, subrayó que una manera de comunicar al mundo la alegría es la compasión.
Ésta, indicó, “no sólo une realidades que son muy diferentes, incluso contradictorias, sino que hace de la vida de nuestro prójimo un elemento constitutivo de nuestras propias vidas”.
“El sufrimiento, la enfermedad y la pobreza, cuando se comparten, sacan a sus víctimas del aislamiento”, advirtió.
“Igualmente, no puede haber compasión sin perdón”, ya que “cualquier relación requiere la habilidad de reconocer al otro como es y no como me gustaría que fuera, en un espíritu de libertad”, destacó
Y añadió: “El perdón, como acto ofrecido y aceptado, es un requisito para establecer una paz duradera”.
El patriarca Bartolomé invitó a los jóvenes a promover en la sociedad los principios de la justicia y el amor.
En su mensaje, también indicó que “la controversia que surgió alrededor de las viñetas del profeta del islam debe dirigir a un diálogo responsable, la única manera de encontrar una solución pacífica entre el respeto a los símbolos sagrados para algunos y la libertad de expresión para otros”.
Rowan Williams
El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams también articuló en torno a la alegría y a la compasión su mensaje dirigido a los jóvenes participantes en este encuentro.
“Cuando nos es dado como una parte en la vida de Dios -y eso es lo que nos llega en la vida del Cuerpo de Cristo- nos ponemos fuertemente en contacto con la alegría más profunda”, afirmó.
Una alegría, prosiguió, que “no sólo es sentir bienestar o sentirse bien, sino tener una profunda conciencia de estar en la línea de lo que es real y verdadero”.
Haciéndose eco de lo que el Hermano Alois indica en la Carta de Chile, el prelado anglicano destacó que “la alegría y la compasión van de la mano”.
“Nosotros somos liberados para compartir el dolor de nuestro prójimo por la compasión porque sabemos que, al hacerlo, estamos en armonía con la energía que ha hecho el universo”, explicó a los jóvenes.
Setri Nyomi
El secretario general de la Comunión mundial de Iglesias reformadas, Setri Nyomi, deseó “todas las bendiciones de Dios para este encuentro”.
En su mensaje, destacó que “en medio de tantos desafíos en el mundo de hoy, los jóvenes que caminan en Peregrinación de confianza sobre la tierra, que rezan y reflexionan juntos, encontrarán realmente la fuerza para enfrentar estos desafíos y se regocijarán”.
Y añadió que reza para “que los temas de la alegría del corazón, de la compasión sin límites y del perdón den un sentido a la vida de todos los participantes”.
Ban Ki Moon
Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, destacó en su mensaje a los participantes del encuentro la importancia de la unión, en el panorama internacional actual.
“En una época en la que los desafíos desbordan las fronteras y son globales, nuestro futuro depende de la manera como trabajemos juntos”, destacó.
E invitó a “unirnos” para enfrentar el cambio climático y crear un mundo más “verde”, para vencer la extrema pobreza y construir un mundo más justo y más próspero, y para defender a las personas de las situaciones de crisis, a las víctimas de la guerra o de las catástrofes o a las que ven sus derechos fundamentales violados.
“Una parte importante de la solución está en vuestras manos -indicó a los jóvenes-. El mundo necesita vuestro compromiso concreto”, que implica también “una compasión sin fronteras”.
Herman van Rompuy
El presidente del Consejo de Europa, Herman van Rompuy, destacó que los jóvenes de este encuentro hacen referencia en sus reflexiones, hablando de alegría y de compasión, al “combate contra la pobreza que es un combate por la justicia” y recordó que la Unión Europea ha declarado el 2010 Año contra la pobreza y la exclusión social.
También se refirió al perdón, otro de los temas del encuentro de Rotterdam, como al “acto cristiano por excelencia”, un “acto de amor y de confianza”, “una fe compartida, con vosotros, con vosotros hacia el Otro, por el Otro, este Otro con “A” mayúscula” “para nuestra mayor felicidad”.

zenit.org

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