lunes, 7 de febrero de 2011

La Santidad y Las Actitudes

J. Sidlow Baxter dijo una vez, “¿Cuál es la diferencia entre un obstáculo y una oportunidad? Nuestra actitud hacia ello. Cada oportunidad posee una dificultad y cada dificultad posee una oportunidad.”

Cuando todo se ha hecho, nuestra actitud nos define. Más que ambición, experiencia, temperamento, circunstancias, o posesión de talentos, son las actitudes que uno elige que exhiben su caminar en el Espíritu—y directamente afectan su liderazgo.
Una actitud es como una prenda de vestir. Se puede decidir ponérsela o quitársela. Colosenses 3:12 nos dice, “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia….” Este versículo sugiere una acción deliberada e intencionada. Los que creen que la santificación entera crea cristianos tipo robots quienes automáticamente emanan disposiciones positivas están equivocados. Una actitud positiva y saludable es una decisión que siempre debemos ejercer. Sin embargo, además es una decisión que el poder del Espíritu que mora en nosotros nos ayuda a tomar.

La obra de Dios en crear santidad dentro de nosotros nos capacita para que ejerzamos nuestra voluntad en las actitudes que abrazamos y exhibimos. El “yo” se despoja del mando.Un Capitán más grande ahora es quien manda. Y, mientras caminamos hacia la dirección mansa del Espíritu Santo, nos parecemos más y más a Jesús cada día.

La única discapacidad en la vida es una mala actitud.” – Scott Hamilton
Dr. Louie Bustle
sanctusmundi.wordpress.com

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