viernes, 10 de diciembre de 2010

El Papa visita la imagen de la Inmaculada de la Piazza di Spagna de Roma



Cada 8 de diciembre Benedicto XVI visita la plaza de España para venerar la estatua de la Inmaculada, en el día en el que la Iglesia católica conmemora el aniversario de la proclamación de este dogma. Este año no ha sido una excepción y a las 4 de la tarde muchos romanos salieron a las calles para saludarlo.

El Papa llevó una corona de flores a la imagen de la Virgen en nombre de todos los católicos del mundo.

Como obispo de Roma le pidió que cuide de la ciudad y también de quienes se sienten “solos y abandonados”. Benedicto XVI también pidió a la Virgen que ayude a los jóvenes a no tener miedo de ir contra corriente.

Benedicto XVI
“Gracias oh Madre Inmaculada, por estar siempre con nosotros. Cuida de nuestra ciudad: conforta a los enfermos, anima a los jóvenes y sostiene a las familias. Infunde la fuerza para evitar el mal, en cualquiera de sus manifestaciones, y ayúdales a elegir el bien, también cuando supone ir contra corriente. Danos la alegría de sentirnos amados por Dios, bendecidos por Él, predestinados a ser sus hijos”.

Un mensaje que, según Benedicto XVI, se dirige a toda la ciudad de Roma, también a aquellos que no conocen o no les interesa la fiesta de la Inmaculada.

Benedicto XVI
“La mirada de María es la mirada de Dios sobre cada uno. Ella nos mira con el mismo amor del Padre y nos bendice”. 

Antes de irse, el Papa saludó al alcalde de roma y al embajador de España ante la Santa Sede.

Tras esta visita al centro de la ciudad para conmemorar a la Virgen de la Inmaculada, el Papa volvió al Vaticano en papamóvil por las calles de Roma.

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