Benedicto XVI ha asegurado su cercanía a las poblaciones del planeta que han sido flageladas por inundaciones, particularmente en Brasil, así como en Australia, Filipinas y Sri Lanka.
"Que el Señor acoja las almas de los difuntos, dé fuerza a los evacuados, y apoye el compromiso de quienes se están entregando para aliviar sufrimientos y dificultades", deseó el pontífice al rezar este domingo la oración mariana del Ángelus junto a miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro.
El Papa había enviado antes un mensaje de pésame a Brasil ante las trágicas consecuencias de las fuertes lluvias, que castigaron esta semana a la región del estado brasileño de Río de Janeiro, dejando más de 500 muertos, numerosísimos desaparecidos y más de diez mil personas sin vivienda.
Este sábado, el gobierno regional declaró luto oficial de siete días en homenaje a las víctimas.
En un telegrama, enviado en su nombre por el cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, al obispo de Petropolis, monseñor Filippo Santoro, se lee que en esta hora difícil, el Santo Padre desea hacer llegar su cercanía y su cariño a todos los afectados.
El obispo de Roma implora asimismo la asistencia y el consuelo divino para los damnificados y cuantos sufren física y moralmente por esta tragedia.
zenit.org
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