viernes, 3 de diciembre de 2010

Papa: el hombre vive hasta cuando en su corazón vive la esperanza






“Nuestra ‘estatura’ moral y espiritual se puede medir de lo que esperamos”. Así lo dijo Benedicto XVI en el ángelus del Primer Domingo de Adviento. Inaugurando el nuevo año litúrgico, el Papa ha precisado que en este tiempo miramos “sea a la primera venida del Hijo de Dios, cuando nació de la Virgen María, sea en su regreso glorioso, cuando vendrá ‘a juzgar a los vivos y a los muertos’”. Por tanto, “la espera, el esperar es una dimensión que cruza toda nuestra existencia personal, familiar y social”. La espera, en efecto, “está presente en mil situaciones, desde las pequeñas y banales hasta las más importantes”: “la espera de un hijo por parte de los esposos”; “para un joven, la espera del éxito de una entrevista de trabajo”; “en las relaciones afectivas, la espera de encuentro con la persona amada”. “Se podría decir – ha precisado el Pontífice – que el hombre está vivo mientras espera, mientras que en su corazón está viva la esperanza”. Y es precisamente por las expectativas que se conoce al hombre. Así fue para María: “en su corazón la espera del Salvador era tan grande, que su fe y esperanza eran ardientes, que El pudo encontrar en ella una digna madre”. “Aprendamos de Ella, la Mujer del Adviento – ha exhortado Benedicto XVI – a vivir los gestos cotidianos con un espíritu nuevo, con el sentimiento de una “espera profunda, que solo la venida de Dios puede colmar”.

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