El sacerdote Paul Lian Jiansen es el nuevo obispo de la diócesis de Jiangmen, en China. Se trata del primer obispo chino ordenado este año, y el primero tras meses de tensiones entre Pekín y el Vaticano por la ordenación de obispos que no estaban en comunión con el Papa.
La ordenación de monseñor Jiansen es un hito porque cuenta con la autorización tanto del Papa como de Pekín. Por eso, participaron en la ceremonia muchos católicos de Shanxi, Hong Kong y Macao.
Jiansen se hará cargo de la diócesis de Jiangmen, donde viven 20 mil católicos. También depende de él la isla de Shangchuan, donde murió San Francisco Javier en 1552 llorando por no haber llegado a la China continental. La iglesia que lo recuerda recibe cada año miles de peregrinos.
El nuevo obispo ha asegurado que pretende fortalecer la formación espiritual de sus 7 sacerdotes y 20 monjas, y trabajar por la restitución de las propiedades de la Iglesia que aún no han sido devueltas a la diócesis.
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