sábado, 19 de marzo de 2011

Católico preso por blasfemia muere en cárcel de Pakistán, Iglesia exige investigación


La Iglesia en Pakistán busca que se practique una autopsia al cuerpo de Qamar David, un católico que cumplía cadena perpetua en Karachi bajo la Ley de Blasfemia y que fue encontrado muerto el 15 de marzo.

Según informa la agencia vaticana Fides, la Iglesia Católica "exige claridad" en el caso de David y "quiere comprobar la versión oficial de los hechos que indica el infarto como la causa de la muerte".
En declaraciones a Fides, el P. Mario Rodríguez, Director Nacional de Obras Misionales Pontificias y residente de Karachi, explicó que la Iglesia Católica a través de la Comisión ‘Justicia y Paz’ de la diócesis, se está ocupando del caso y proporcionando apoyo moral y material a la familia de David.
"La Iglesia tiene la intención de convencer a la familia de David, para que autorice una autopsia, en presencia de personal médico de confianza, para establecer de manera inequívoca la causa de la muerte", afirma Fides.
El sacerdote declaró que "la noticia de la muerte de David ha sido un duro golpe. Ayer interrumpimos el retiro espiritual de Cuaresma para poder hacer frente a la situación. Hemos contactado a las autoridades de la prisión y hablado con el preso que compartía celda con David. Nos ha confirmado que David estaba bien, pero que tenía mucho miedo, al estar acusado de blasfemia, y que era golpeado con frecuencia. La versión del infarto no es convincente".
Al mismo tiempo, Haroon Barkat Masih, Director de la "Masihi Foundation", que se ocupa de Asia Bibi, comentó a Fides que "es un hecho muy serio: una muerte en la cárcel siempre plantea muchas preguntas: no olvidamos otros casos de cristianos acusados de blasfemia y asesinados en prisión. Estoy convencido de que David ha muerto a causa de los golpes recibidos por los funcionarios y por otros reclusos".
"La policía, y el hospital civil del gobierno, quieren cubrir la verdadera causa de la muerte. Debido a la pobreza y el miedo, las familias de las víctimas, a menudo, no piden nuevas pruebas médicas y no tienen el valor de denunciar a las autoridades penitenciarias. Por eso, la familia de David, ahora necesita el pleno apoyo de la Iglesia y de la sociedad civil: sólo así se podrá llegar hasta el fondo y hacer emerger la verdad".
Asia Bibi, que ayer recibió la visita de su marido en la cárcel, ha sido informada de los hechos. "Cada minuto que pasa, creo que puede ser el último. Cada vez que se abre la puerta de mi celda, mi corazón late a mil. Estoy en manos de Dios, no sé qué va a pasarme. En la cárcel, todo el mundo puede conferirse el título de juez y asesino", afirmó Bibi según informa Fides.

ewtnnoticias.com

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